La leyenda de Pedro Troglio en el fútbol hondureño sigue afianzándose a pasos agigantados luego de que esta tarde el Olimpia accediera a una nueva final de Liga Nacional tras derrotar 2-0 al Génesis.
El Viejo León cumplió con la tarea y pese a no tener mucho brillo a lo largo de los 90 minutos golpeó en los momentos justos para desatar la locura en un Chelato Uclés pintado de blanco.
Los primeros momentos del partido fueron de un poco de preocupación para el actual bicampeón, pues el Génesis apeló a ese espíritu de equipo sensación para intentar poner en riesgo la clasificación merengue.
Los constantes embates del cuadro aurinegro, liderado por el paraguayo Roberto Moreira, marcaron los primeros compases.
No obstante, el Albo sacó a relucir su casta y tras retomar el control golpeó en el momento justo para encaminar la clasificación.
Un centro preciso de Jorge Álvarez desde la banda derecha encontró el pie de Jerry Bengtson, quien con su olfato goleador no perdonó en el área chica y puso el 1-0 a los 19 minutos.
Los Leones ya tenían la ventaja 2-0 en el global y desde ese momento controlaron más a placer un partido en el que fueron cuidando las revoluciones pensando en la gran final ante Motagua.
El equipo de Troglio tan solo tuvo otro par de intentos como un remate al poste de Jorge Benguché y peligrosas llegadas orquestadas por los tres fantásticos; Jorge Álvarez, Edwin Rodríguez y José Mario Pinto.
Moya puso la sentencia
El segundo tiempo transcurrió con mucha tranquilidad para un Olimpia que apenas logró ser inquietado por el Génesis.
Con más ganas que fútbol, el cuadro de Comayagua tomó la iniciativa por algunos tramos, pero para hacerle daño al Rey de Copas se requiere pegada, algo que le falto al aurinegro.
El conjunto visitante quería por lo menos festejar un gol, pero todo esto se vino abajo luego de Franco Güity, en una repudiable acción, le lanzara un escupitajo a Edrick Menjívar y dejara a su equipo con 10.
Una vez más en esta liguilla el experimentado atacante fue villano con una infantil expulsión.
Ya con el Génesis jugado en ataque el León encontró espacios y solo fue cuestión de tiempo para concretar la caza de su presa.
Un fulminante contragolpe liderado por Kevin López cayó en los pies de Bryan Moya, quien no perdonó y firmó su reencuentro con el gol con un potente remate por bajo para poner el 2-0 y desatar la locura en el Chelato Uclés.
El superlíder y actual bicampeón no cree en nadie y ahora tiene todo para lograr otro hito más en su rica historia; ser campeón invicto con récord de puntos venciendo a su más enconado rival en la gran final.
Con la clasificación de esta domingo el León disputará su onceava final histórica ante Motagua, en donde si bien la serie histórica no le favorece, los antecedentes recientes y la marcada paternidad blanca hacen soñar al olimpismo con la llegada de la 37 como regalo de Navidad.