La impactante revelación del entrenador Sven-Göran Eriksson: “Me queda un año de vida como máximo”
El entrenador sueco Sven-Göran Eriksson, conocido popularmente como Svennis, enfrenta el momento más difícil de su vida fuera de los terrenos de juego. A los 75 años, reveló en una entrevista con Radio de Suecia que padece una grave enfermedad de cáncer, estimando que le podría restar aproximadamente un año de vida. Las palabras de Eriksson, llenas de determinación pese a la adversidad, son un reflejo de la fortaleza que siempre ha caracterizado su carrera como técnico.
“En el mejor de los casos, me queda un año. En el peor, algo menos”, el prestigioso técnico, y agregó que “resistirá mientras pueda”. El diario sueco Aftonbladet aseguró que hace un año se desplomó en su casa y los estudios médicos que le practicaron descubrieron que había sufrido un derrame cerebral y tenía cáncer de páncreas. “Se puede ralentizar el curso de la enfermedad, pero no se le puede operar”, informó ese medio.
Sven-Göran Eriksson es una figura emblemática en el mundo del fútbol. Su trayectoria se extiende a lo largo de más de cuatro décadas, habiendo dejado huella en diferentes ligas europeas e internacionales. Su palmarés incluye títulos en Suecia con el IFK Gotemburgo, donde se alzó con la liga local y conquistó la Copa de la UEFA en la temporada 1981-1982, hito que puso su nombre en la mira del fútbol internacional.
La carrera de Svennis tomó un rumbo internacional cuando se convirtió en el entrenador del Benfica portugués a mediados de los años 80, donde lograría tres títulos de liga. Sin embargo, fue en Italia donde Eriksson consolidó su reputación como uno de los técnicos más competentes de su época. Tomó las riendas de equipos como la AS Roma, la Fiorentina y la Sampdoria. Sin embargo, fue con la Lazio donde alcanzó la cúspide, llevando al equipo a la conquista de una Serie A, varias copas nacionales y su segunda Copa de la UEFA.
Eriksson no se limitó a la gestión de clubes; su experticia lo llevó a dirigir selecciones nacionales. Fue el seleccionador de Inglaterra de 2001 a 2006, llevando al equipo a cuartos de final en dos campeonatos mundiales y una Eurocopa. Posteriormente, se hizo cargo de los combinados de México, Costa de Marfil y más recientemente de Filipinas, mostrando su capacidad para adaptarse a diferentes culturas futbolísticas.
Su última posición oficial fue como director deportivo del Karlstad sueco, del cual se retiró el año pasado por problemas de salud, marcando el fin de una era en su carrera profesional.
El mundo del fútbol ha reaccionado con mensajes de apoyo y reconocimiento hacia Eriksson, destacando no solo su éxito profesional sino también sus cualidades humanas. Svennis ha decidido enfrentarse a su enfermedad con valentía, eligiendo mantener una actitud positiva en vez de “quedarse en casa sentado quejándome por tener mala suerte”.
La noticia de su enfermedad ha conmocionado a seguidores y profesionales del deporte, quienes lo recuerdan no solo como un estratega excepcional sino como un hombre que inspiró a jugadores y entrenadores por igual. Los próximos meses serán, sin duda, un período de reflexión y apoyo para una figura que ha dejado un legado indiscutible en el fútbol mundial.