Harvard le preguntó a una experta si los perros extrañan a sus dueños cuando mueren: esto dijo
Aunque muchas personas dan por hecho que los perros se angustian cuando se separan de sus dueños, investigaciones han recaudado pruebas empíricas sobre estos comportamientos.
The Harvard Gazette le preguntó a la bióloga evolutiva humana Erin Hecht, cuya investigación se centra, en parte, en la variación neural y conductual en las razas caninas domésticas, si a los perros les impacta el fallecimiento de sus dueños.
De acuerdo con la experta, los perros tienen respuestas hormonales y conductuales a la ausencia o presencia de su dueño que se asemejan a las respuestas que los humanos tienen al interactuar con personas con las que tienen un vínculo afectivo, como amigos cercanos, familiares y niños.
Según explica Hecht, esto sugiere que los correlatos biológicos del vínculo humano-animal son similares, al menos en ciertos aspectos, a los vínculos humanos-humanos.
Además, se ha observado que los perros muestran señales de angustia cuando se separan de sus dueños, incluso por un corto período de tiempo.
Algunos perros pueden experimentar ansiedad por separación cuando su dueño va a trabajar. Si un dueño fallece, es común que los perros muestren angustia en forma de comportamiento destructivo o una reducción de la actividad, similar a la depresión en los seres humanos.
Sin embargo, aclara Erin Hecht en The Harvard Gazette, todavía nos falta comprender en qué medida las diferentes razas de perros pueden tener diferentes patrones de vinculación con los humanos.
Algunas razas de perros, por ejemplo, han sido seleccionadas para comportamientos cooperativos con un solo humano, mientras que otras pueden formar fuertes lazos sociales con el ganado u otras especies.
Además de las diferencias genéticas entre las razas, dice Hecht, la historia de interacciones positivas individuales entre los perros y las personas también desempeña un papel importante en el vínculo humano-canino.
Desde una perspectiva científica básica, los perros representan una oportunidad única para comprender cómo evolucionan los cerebros a través de las generaciones cuando hay presión de selección en el comportamiento.
Las diferentes razas de perros han sido criadas selectivamente para perfiles de comportamiento, habilidades cognitivas y destrezas diferentes. No existe nada similar en el reino animal.
Hecht resalta que estudiarlos nos permite comprender la evolución cerebral de una forma más precisa que con cualquier otra especie. Además, la investigación canina está en un punto en el que se empiezan a obtener pruebas empíricas de cosas que las personas que han interactuado con perros dan por sentado.
“Por ejemplo, en los últimos años se ha establecido que los perros experimentan celos, algo que cualquiera que haya tenido más de un perro en casa sabe que ocurre. Y la pregunta de si los perros se preocuparían si su humano muere sigue la misma línea. Sin embargo, es importante obtener una validación empírica y no basarnos solo en nuestra intuición sobre cómo funcionan sus mentes”, explica la experta.