La propuesta de construir una cárcel en Islas del Cisne afecta a diversas partes interesadas, desde las comunidades locales hasta los defensores ambientales y la biodiversidad única de la región. Las personas que residen en y alrededor de las islas enfrentarían la interrupción de sus vidas cotidianas, mientras que los ambientalistas se preocupan por los impactos negativos en la flora y fauna marina.
En juego se encuentra la integridad ambiental de Islas del Cisne, designadas como Parque Nacional Marino. La construcción de una cárcel podría desencadenar consecuencias irreversibles, comprometiendo ecosistemas frágiles, afectando la calidad del agua y dañando un patrimonio natural invaluable. Si la situación no cambia, se arriesga la pérdida de biodiversidad y la degradación del hábitat marino.
La urgencia de actuar radica en la fragilidad de los ecosistemas presentes en Islas del Cisne y la importancia de su conservación. Tomar medidas inmediatas es crucial para prevenir daños irreparables a la biodiversidad, garantizar la sostenibilidad y cumplir con los compromisos internacionales de conservación. La demora podría resultar en consecuencias ambientales devastadoras y afectar la calidad de vida de las comunidades locales.