En 1996, se publicó el libro que abrió mi búsqueda de algo mas que lamentos para entender la situación de permanente crisis social, económica y política que vivimos en Honduras. El Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano, escrito por Alberto Montaner y Alvaro Vargas Llosa fue en efecto un estudio satírico que enmarcó la forma de pensar (o de no pensar) nuestra. Lo primero que me sorprendió es como esta forma de pensar la compartíamos con el resto de nuestro continente latinoamericano.
La obra dirige sus burlas a las posturas sociales, políticas y económicas, enmarcadas en la adoración por todos lo soviético y cubano; “nuestro modelo a seguir es Cuba”. Sumado al odio y rencor hacia los países desarrollados, en especial Estados Unidos. El libro apunta que los “idiotas” se dedican a alentar políticas publicas fracasadas que centran la vida de las personas en las manos del gobierno administrado por figuras fuertes, sabias y todo poderosas.
En el libro, la mentalidad “idiota” se caracteriza por el victimismo patriótico, el cual presenta al mundo occidental y al capitalismo (países desarrollados) como el principal culpable de los males de los países pobres. Además, apunta que los estadistas e intelectuales que defienden estas ideas (los «idiotas») recurren al populismo y a la constante retórica dividiendo la nación en una permanente “lucha de clases” en busca de la “igualdad” y la “justicia social”.
La guerra del “idiota” requiere de un lider valiente que viene del pueblo “el pueblo soy yo”, y si es obrero mejor. Si carece de educación alguna, mejor todavía pues para el “idiota” la educación es un privilegio de los ricos que solo sirve para que roben las riquezas del pueblo.
El «idiota» crea empleos por medio de mas gasto publico, lo que requiere de mas impuestos y de mas deudas. Creando un Estado grande, omnipresente, endeudado y lleno de regulaciones para justificar su existencia. El permiso del caudillo o de su familia se requiere para todo; contratos, licencias, permisos, puestos publicos y promociones dentro del aparato estatal (incluyendo el militar); cuando menos acordamos tenemos un semi Dios gobernando. Esto lo vimos con el peronismo en Argentina y el castrismo en Cuba. Casi nos sucede con el Juan Orlandismo y si nos descuidamos nos puede suceder con el Melismo.
El “Manual del Perfecto Idiota” propone que la solución a la pobreza es una revolución, de la clase campesina, del proletariado o trabajadora en la que se derrota la “clase opresora”. La nueva version de esto es la “refundación” pues como carecen de soluciones o historias de éxito, solo les queda reciclar la misma basura con nuevas palabrejas.
Las armas son indispensables para que funcione el manual, sin estas no se puede amenazar o atemorizar al pueblo. Solo miremos al ejercito y la policía de Nicaragua y Venezuela: cobardes que vendieron su patria al caudillo opresor por unas monedas o por la oportunidad de participar en el jugoso negocio del narco trafico; por eso vemos y seguiremos viendo militares y policías desfilando en Nueva York, vinculados al Cartel de Sinaloa de Mexico o el Cartel de los Soles de Venezuela.
La obra no propone soluciones y tampoco apunta a los abusos y excesos de los paises desarrollados. Pero abre los ojos a que SI EXISTE el “Perfecto Idiota” latinoamericano. Este usualmente cree que un caudillo le va a solucionar todos sus problemas y por eso acaba cediendo su libertad a cambio de una bolsa solidaria o algún acuerdo empresarial; que se entrega al que no opine y no contradiga. Pues el “idiota” no cree que su caudillo sea capaz de actos inmorales o ilegales pues es casi un angelito caído del cielo.
Para el “idiota”, pobre es el que le falta algo (que el estado puede proporcionar). Para los capitalistas, libertarios u “opresores”, pobre es el que no produce. Por ende, mientras mas personas produzcan, habrá menos pobres y mas ricos en el pais; haciendo un pais menos pobre o mas rico. Pues la prosperidad de un pais es la SUMA del esfuerzo de sus habitantes, no un botín para repartir.
Los libertarios creemos que para salir de la pobreza se necesita garantizar la seguridad de las personas y de su propiedad, se necesita también inversion estatal en educación y salud y un estado que sea atractivo a la inversión nacional y extranjera. Lástima que el “idiota” de Montaner y Vargas Llosa no reconoce que la inversion no viene si se le amenaza con expropiaciones o mas cargas tributarias y regulatorias.