Los más de 5,000 pacientes renales del país que sufren la precariedad de un sistema de salud desfasado podrían ver una luz al final de tantos problemas que los aquejan, tras que la ministra de Salud, Carla Paredes, anunciara que contratarán a todos los nefrólogos del país para que pasen a trabajar con el Estado.
Paredes sostuvo que la iniciativa permitirá a la Secretaría de Salud (Sesal), garantizar una atención de primera mano a este sector tan vulnerable. “Podremos contar con ese recurso que es necesario, no solamente para tratar, sino que también prevenir, la clave de la salud renal está en la prevención”, dijo Paredes.
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La galena también proyectó que, el próximo año, los dos principales centros asistenciales del país: El Hospital Escuela y El Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula, estarán certificados para realizar trasplantes renales, para ampliar la capacidad de tratamientos a los pacientes renales.
“En el extranjero hay pacientes que no van a diálisis, van directamente al trasplante, eso es calidad de vida garantizada”, afirmó la galena.
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Agregó que está trabajando con la Comisión de Salud del Congreso Nacional y con la Asociación de Nefrología para llevar a cabo un programa que definirá la atención primaria a pacientes renales y una línea de medicamentos para poder retrasar el ingreso de un paciente a diálisis.
