En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, denunció amenazas de conspiración por parte de las mismas fuerzas que, según ella, dieron el golpe de estado a su esposo, Manuel Zelaya, en 2009.
Castro afirmó que las amenazas surgieron a raíz de los cambios estructurales que ha impulsado, particularmente en el modelo económico y el régimen tributario, que perpetuaban desigualdades.
La mandataria también criticó el rol del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), señalando que favorece los intereses privados por encima de los nacionales.
Además, destacó logros en su gobierno como la cancelación de fideicomisos corruptos, la distribución de almuerzos escolares gratuitos, y el incremento de la producción de granos básicos con el apoyo de bonos tecnológicos para los productores.
Castro subrayó la recuperación de instituciones como la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) y el Instituto de Mercadeo Agrícola (IMA), mencionando que ahora más de 800,000 familias hondureñas reciben energía gratuita y que se han subsidiado los combustibles para todos los consumidores.
Su discurso concluyó reafirmando el compromiso de su gobierno con la soberanía y la justicia social, a pesar de las amenazas que enfrenta por las reformas implementadas.