Tegucigalpa – Una inhóspita paz arropa este jueves a la capital hondureña que ya está acostumbrada al bullicio que genera el cotidiano caos vehicular.
El miércoles luego que los empleados del sector privado salieran de su jornada e iniciaran su largo asueto, la capital volvió a colapsar.
Sin embargo, este jueves la capital amaneció bajo una paz casi desconocida en sus calles que cada vez son más insuficientes para el parque vehicular.
Vecinos de colonias en la salida al sur de la capital reportaron calles vacías en la entrada a Tegucigalpa, algo que no es común en esa zona.