Para el economista, Martin Barahona, la devaluación del lempira, obedece simplemente a que desde 2022 la economía hondureña está generando menos divisas, producto de la caída drástica de las exportaciones, de ahí que la solución a este problema no es fácil, ni será en el corto plazo.
Barahona explicó que este deslizamiento, a 25 por dólar, ya se había tenido en el 2020, pero la moneda se revaluó, dado que en ese año las condiciones de las remesas eran creciente, había mayor volumen y dinamismo de las exportaciones, se estaban disminuyendo las importaciones, se tenía mayores desembolsos por contratación de deuda externa y había un mayor flujo de inversión extranjera en el país.
«Todas esas variables que condicionan el valor de la moneda hoy ya no las tiene el país», acotó el economista.
En Honduras la devaluación ha sido lenta, pero persistente, esto se viene advirtiendo desde hace un tiempo atrás por parte de las autoridades monetarias.
