Las Fuerzas Armadas hondureñas desde que funcionan como tales son políticas, pero no partidistas. Sin embargo, con la asunción del Partido Libre al poder de Estado, estos con su sagacidad partidarista, buscan politizarlas en favor de los propios intereses particulares de este partido, involucrando al jefe del Estado Mayor Conjunto de Honduras, en reuniones con objetivos políticos que evidencian, la inclinación hacia ideas o principios de dominación socialista marxista.
Dos son los ejemplos relevantes que evidencian el traspié del jefe del Estado Mayor Conjunto hondureño y que demuestran la línea equivocada de acción con claridad. El primero, al participar en la reunión con el Ministro de Defensa del gobierno venezolano, precisamente en el momento en que se producía la represión en contra de las fuerzas democráticas que ganaron las elecciones y, que hoy por hoy el dictador Maduro, aún no acepta la validez legal del triunfo del candidato democrático opositor.
¿Qué se puede inferir de esta reunión realizada por el Jefe de Estado Mayor Conjunto hondureño con su homólogo venezolano, justo cuando este ministro de defensa, ejecutaba una aguda represión violenta en contra de las fuerzas ciudadanas democráticas venezolanas, las que clamaban el triunfo electoral y cuestionaban al ejército por la represión que aplicaba en contra de ellos y ellas?
Igualmente, recientemente este mismo funcionario, se ve involucrado en asuntos relacionados con políticas públicas que no tienen nada que ver con el ejercito y que son temas propios de asuntos civiles, tal como le es, la política tributaria que no le compete al ejército tratarlo, pero si a la empresa privada u otros segmentos de la sociedad civil. Asimismo, ha demostrado una actitud anuente hacia el autoritarismo socialista refundacional, a pesar de la publicación de videos que prueban la participación de actores del Partido Libre, en reuniones con toros del narcotráfico en Honduras.
En otras palabras, el Partido Libre tiende a maniobrar el carácter esencialmente apartidista de las Fuerzas Armadas, a fin de convertirlas en un instrumento eficaz del Estado marxista. Lo cual es, anticonstitucional y maligno porque conduce a la instrumentalización política partidaria con el objetivo de lograr la imposición de condiciones políticas que protejan un proceso continuo de consolidación de un Estado dictatorial socialista.
La participación de miembros de la cúpula militar en eventos o reuniones internacionales con notables dictadores políticos socialistas propicia la polarización de la sociedad y, en consecuencia, la agudización del conflicto social. Y, de ser este el caso, la propiciación de una guerra política de incalculables efectos negativos para el desarrollo nacional..
La cúpula política del Partido Libre, conjuntamente con asesores internacionales marxistas dogmáticos cubanos y venezolanos, están ejerciendo una mala y nociva influencia en la presidente y la hacen pregonar una narrativa socialista nacionalista de “simulada indignación”, en defensa de una soberanía nacional, que argumentan es atropellada por los Estados Unidos.
Con ello pretenden obtener legitimidad política ante los países que están bajo dominación socialista y apoyo económico para convertir a Honduras en un país regido por una dictadura de partido que profesa el credo marxista.