«No puedes engañar al público». Liam Neeson pone fecha al fin de su carrera como héroe de acción, aunque aún le queda una bala en la recámara
16 años después de 'Venganza', el irlandés se prepara para dejar de pegar tiros y dar tollinas
Parece que fue ayer cuando Liam Neeson comenzó a vivir su segunda juventud cinematográfica, aplacando la crisis de la mediana edad repartiendo hostias como panes en la divertidísima ‘Venganza’ de Pierre Morel. Por desgracia, el tiempo ha pasado a toda velocidad, y ya han transcurrido 16 años desde que el irlandés nos mostró una serie de «habilidades específicas» que abrió paso a una etapa inesperada en su carrera.
El fin de la Neeson season
Ahora, en pleno 2024, Neeson ya carga a sus espaldas 72 primaveras, y aunque continúe manteniendo el tipo, regalándonos papelones como los que ha interpretado para Jaume Collet-Serra en sus no pocas colaboraciones —todas ellas más que recomendables— o, más recientemente, en la notable e injustamente tapada ‘En tierra de santos y pecadores’, la edad empieza a pesar.
Es por ello que el bueno de Liam, que cree que «tocó la fibra del público» con su rol como Bryan Mills, empieza a plantearse seriamente eso de dejar los tiros y los puñetazos para la chavalada. Al menos, así lo ha manifestado en una entrevista con People, en la que ha dejado claro que quiere ser honesto con el público:
«Tengo 72 años, tiene que acabar en algún momento. No puedes engañar al público. No quiero que Mark pelee en todas mis escenas de acción por mí. Tal vez al final del año que viene. Creo que eso será todo».
Con «Mark» se refiere a Mark Vanselow, el doble de acción con quien lleva colaborando una larga temporada, y que se encarga de las setpieces más exigentes para un Neeson que sigue queriendo ocupar el mayor tiempo en pantalla posible.
Pero ojo, porque aún le queda alguna que otra bala en la recámara, comenzando por ‘Absolution’, su nuevo trabajo a las órdenes de Hans Petter Moland, que ya le dirigió en la notable ‘Venganza bajo cero’. Hay muchas ganas de ver a Neeson con mostacho dispensar justicia, aunque sea por última vez.