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ESTADOS UNIDOS. ¿Y el imperialismo dónde quedó? Esta pregunta resuena tras el viaje de una comisión de diputados del Partido Libertad y Refundación (Libre) a Washington, EE.UU., como “observadores internacionales” del proceso electoral presidencial que se llevará a cabo mañana.
Sin embargo, las imágenes compartidas por los legisladores han mostrado más un tour turístico que un compromiso político, generando una ola de críticas y cuestionamientos sobre su coherencia.
Los diputados Ramón Barrios, Rafael Sarmiento, Isis Cuéllar y la recién llegada al Libre, Kritza Pérez, han decidido mostrar como disfrutan de la belleza de la capital estadounidense, lo que contrasta marcadamente con su habitual retórica que tilda a EE. UU. de injerencista e imperialista.
Este comportamiento ha causado indignación entre los ciudadanos, quienes ven en este contraste una clara hipocresía.
Ramón Barrios, quien fue nombrado presidente de la comisión por Luis Redondo, expresó su entusiasmo en su cuenta de X por participar en un evento que genera gran interés en la comunidad internacional.
«Junto a más parlamentarios, tenemos el privilegio de observar de cerca las dinámicas de este proceso democrático en beneficio del pueblo estadounidense», afirmó Barrios.
Usuarios en redes sociales han criticado abiertamente su actitud, calificándolos de «hipocresía ñángara» y señalando la contradicción de promover un discurso antiimperialista mientras disfrutan de las tierras del «tío Sam».
Un usuario en la red social X fue más allá al afirmar que, muy en el fondo, los diputados no son tan socialistas, sino más bien capitalistas, escribiendo: «Cero injerencia, cero imperialismo, pero…… dentro de su corazoncito capitalista».
La situación pone de manifiesto que, a pesar de sus constantes críticas, los diputados no solo cuentan con visas que les permiten acceder a EE. UU., sino que también disfrutan de un «tour» que parece más alineado con el turismo que con un genuino compromiso político.
Este viaje plantea interrogantes sobre la autenticidad de su postura y refuerza la percepción de una doble moral en su discurso.