Hoy en día la sabiduría política es lo que menos se aplica en el actuar político vigente de Honduras. Ni siquiera existen hombres y mujeres con sabiduría que nos hagan recordar las acciones políticas exitosas, los fracasos y las lecciones aprendidas para elegir un rumbo correcto. Empero, hoy por hoy no podemos quedarnos viendo el pasado en busca de apropiadas respuestas, sino que más bien, hay que centrarnos en el contexto del ecosistema actual. En otras palabras, lo que funcionó ayer no necesariamente va a funcionar mañana. En este sentido, el profesor Peter P. Constantinov, tiene toda la razón cuando nos indica que “la agudeza política y la sabiduría son necesarias ahora” (Peter Consntantinov, Universidad de York (Canadá).
Los militantes del Partido Libre, están realizando una transición política al socialismo que no incluye en su agudeza política la sapiencia. Los análisis políticos socialistas, se hacen con mirada corta sin tener una visión hacia el futuro. Predomina una actitud barbárica en los altos funcionarios públicos, que demuestra que los refundacionales socialistas, obran con mucha sagacidad, pero sin sabiduría. Imponen la ideología marxista, pero atorada en el pasado evocándonos solamente los fracasos y las acciones equivocadas de los regímenes de derecha sin sacar lecciones. Instaurado una gobernanza que esta basada en una agudeza política que adolece de visión política de futuro. En este sentido, el profesor Peter P. Constantinov, tiene toda la razón cuando nos indica que “la agudeza política y la sabiduría, son necesarias ahora” (Peter Consntantinov, Universidad de York (Canadá).
Quienes controlan el Partido Libre y manipulan a la presidente, son agudos para realizar análisis políticos, pero adolecen de sabiduría política para desarrollar el proceso del desarrollo socialista. Es incorrecto que impongan una gobernanza refundacional sin incluir la sabiduría en la ejecución de las políticas públicas a fin de superar los problemas y prefieren seguir el modelo venezolano madurista arrogante y perverso que, en vez de promover resultados positivos a través de soluciones inteligentes, más bien intensifican el conflicto socio político para enfrentarlos y solucionarlos.
Estoy de acuerdo con Constantinov, al afirmar que “a menudo resulta, más allá de las debilidades obvias en el análisis, que los funcionarios electos compensan en exceso con consideraciones políticas y partidistas apresuradas que carecen de una consideración metodológica rigurosa, lo que en última instancia resulta en un diseño y/o implementación de políticas deficientes. Los funcionarios públicos pueden proporcionar un mejor análisis y asesoramiento si incluyen factores políticos en ese análisis, proporcionando así a los tomadores de decisiones una gama más matizada de opciones”. La ciencia o la cultura da mayor grado de conocimiento y contribuye a tener una conducta prudente en la vida, los negocios y la praxis política. Es una cualidad que vale la pena desarrollar e incluirla en la sagacidad política. La sagacidad política por sí sola, ciertamente no contribuye a lograr metas y objetivos de desarrollo, y más bien, destruye relaciones efectivas que la clase política requiere para hacer que los aparatos del Estado funcionen mejor y faciliten una transición política democrática. Asimismo, tener erudición es importante como mecanismo de supervivencia, “ya que los pasos en falso parecen tener un mayor impacto en una era de “política de pillos” y el mundo rápido e implacable de las redes sociales”.
Al fin y al cabo, si vamos a “decir la verdad al poder” en Honduras, más vale que pensemos qué vamos a decir, y más vale que valga la pena decirlo.