El jefe de la comisión interventora del instituto Nacional Penitenciario (INP), Ramiro Muñoz, expresó que el uso de la fuerza se hace en todo el mundo si no respetan la ley en los presidios “se gana un toletazo” además dijo que luego de que sucedió la golpiza denunciada por los reos, llegaron los funcionarios de los derechos humanos a los que dijo “no hay que tener preferencias”.
Insistió al decir que el uso de la fuerza fue bajo el reglamento establecido y apegado a la ley, por lo que la golpiza que los reos asumen que recibieron por parte de los agentes policías, todo esto pasó en el Centro Penal de Támara.
Se dio a conocer que entre los reclusos que manifestaron haber sido agredidos fuertemente por los agentes, es el extraditado Gilbert Reyes, el exjugador Oscar “El Pescado” Bonilla, Miguel “Chepe” Handal, entre otros.
“Si alguien se gana un toletazo, es algo que sucederá en cualquier parte del mundo si no respetan la ley en el presidio”, subrayó el coronel Ramiro Muñoz.
Además, “nosotros permitimos que al siguiente día ingresaran protectores de derechos humanos, vinieron todos a ver, no hay que tener preferencia en el tema de derechos humanos, inclusive el Ministerio Público envió a todos estos privados de libertad a medicina forense para ser examinados, esa es la garantía”.
Insistió en decir que no pueden estar ellos como policías colocándoles las herramientas a un privado de libertad para que pueda cometer actos ilícitos desde los centros penales.
“Al momento que los oficiales o que el oficial iba a quitar los teléfonos, empezaron a golpear las puertas, inclusive diciendo que el coronel Muñoz estaba a favor no sé de quién, yo no estoy a favor de nadie, no me interesa estar a favor de nadie”, detalló.
Añadió, “y empezaron a romper las celdas y a golpear los candados y a romper los candados, uno de ellos rompió los candados, salieron, entonces, esto es simple”.
También dijo que, si alguien rompe una celda, rompe los candados y sale, el procedimiento que está establecido en un centro penal es no tener contacto con ese privado de libertad, sino hacer uso del gas lacrimógeno para evitar el contacto, porque lo que quieren evitar es que haya un golpe de un policía militar sobre un recluso.
“Pero si no se controla con el gas, los agentes penitenciarios y los policías militares que están, simple y sencillamente lo van a hacer que ingresen de nuevo. Nadie está sobre la autoridad”, finalizaron.
