Lo más ignominioso que puede haber es engañar a un pueblo noble y trabajador como el hondureño. Libre obtuvo el voto popular -y no así los de su partido que no ascendían a 500 mil votos- al aliarse con Salvador Nasralla (a quien engañaron vilmente) y así pudieron sacar a los nacionalistas del poder ya que el pueblo estaba cansado de tanta corrupción. Libre le ofreció el cielo y la tierra a los hondureños.
Entre sus promesas de campaña ofrecieron luchar contra la corrupción, y que para ello instalarían la CICH en 90 días; que combatirían el narcotráfico y las actividades del crimen organizado; que enfrentarían las maras e iban a terminar con la extorsión; que ya no se pagarían peajes; que iban a generar nuevos empleos, que iban a construir miles de viviendas para los más pobres; que venderían el avión presidencial y todos los carros de lujo; y demás linduras que harían de Honduras una nación próspera.
Pero la realidad, desgraciadamente, ha sido otra. En poco tiempo se convirtieron en la desastrosa versión diabólica de aquello que criticaban. Antes era malo, dañino y perjudicial porque lo hacían los otros; pero, cuando ellos llegaron al poder, a todo lo malo le empezaron a llamar bueno. Y desde antes de tomar posesión, el hervidero por el control del poder llevó a desgastantes pugnas internas dentro de Libre.
Así vimos cómo a la fuerza asaltaron el Poder Legislativo, purgando a Jorge Cálix e imponiendo a su títere incondicional, Luis Redondo. Y pronto legislaron el Pacto de Impunidad y sacaron a sus delincuentes de las cárceles; les condonaron delitos de corrupción. Nombraron ilegalmente al procurador y subprocurador; y, en síntesis, estamos frente a las legislaturas más improductivas en toda nuestra historia. Lo único que se mueve en el Congreso son los intereses oficialistas, cumpliendo a cabalidad su agenda política antidemocrática. Así lograron nombrar a sus allegados en la Corte Suprema de Justicia y nombrar a su Fiscal General, sabiendo que no serán judicializados por sus actos de corrupción.
Su único discurso es que les dieron golpe de Estado en el 2009 y que la narcodictadura es la culpable de todos los males de los hondureños. Excusa barata para justificar su incompetencia gubernamental que ha incrementado la pobreza y los males sociales que sufren los pobres día a día.
El cuento de hadas del “socialismo democrático” no ha tenido final feliz; al contrario, se tornó en una horrible pesadilla para los pobres. Se han negado a traer la CICIH; se han incrementado las actividades del narcotráfico y del crimen organizado, la extorsión está peor; no vendieron el avión presidencial, lo usan para sus fiestas, adquirieron más carros de lujo y camionetas blindadas. Con su política desastrosa han satanizado a la empresa privada y se han perdido miles de empleos. Cada día más hondureños salen desesperanzados del país, en busca de mejores horizontes de vida, pero mucho lo que encuentran es la muerte.
Lo que sí instauraron es un nepotismo exagerado, donde tienen enchambadas en el gobierno a todas sus familias, incluyendo a las amantes de turno. Según informes de la Sociedad Civil y del CNA, los niveles de corrupción en pocos meses ya habían superado los índices de corrupción de la administración anterior.
Lo que sí es evidente es la ineptitud de la mayoría de los funcionarios, a tal extremo que se han dejado de ejecutar proyectos de alivio social. Todo en este gobierno es un desastre. Su política exterior es una fracaso al no posesionar a Honduras en un lugar en que la comunidad internacional podría ayudar más al país. Por cuestiones ideológicas rompieron relaciones con Taiwán, causándole un gran daño a los hondureños. Hasta el momento los chinos continentales solo son promesas incumplidas.
Es un fracaso la educación pública. El sistema de salud está colapsado. Lo que sí es evidente es la vulgaridad con que se expresan la mayoría de funcionarios de este fatídico e intolerante gobierno. Como muestra tenemos a Milton Benítez, el Perro Amarillo, Ricardo Salgado o Karla Paredes con su florido mensaje al pueblo hondureño; parece que los sacaron a todos del lugar más oscuro y olvidado de El Chiverito.
¡LIBRE NUNCA MÁS!