En Tapachula, Chiapas, México, son miles de hondureños que buscan asilo. Según datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), hasta noviembre de 2024 se registraron 73 mil solicitudes de asilo en todo el país, más de 47 mil provienen de la oficina en Tapachula.
“La mayoría de los solicitantes vienen de Honduras”, afirma Pierre Marc René, asociado de información pública de ACNUR en Tuxtla Gutiérrez.
Esta situación muestra el alarmante éxodo de hondureños que, empujados por la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades, buscan una nueva vida en tierras mexicanas.
Honduras: el número uno en el éxodo migratorio
El flujo migratorio no es nuevo, pero cobra una fuerza sin precedentes en los últimos meses.
“Desde agosto, las solicitudes han crecido exponencialmente”, explica René.
Honduras encabeza la lista de países de origen de quienes buscan refugio, superando a Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Cuba, Haití y Venezuela.
La crisis económica y social que atraviesa Honduras impulsa a miles de personas a emprender el peligroso viaje hacia el norte.
Según ACNUR, el 42% de las solicitudes de asilo en México provienen de hondureños. En 2023, se registraron 117 mil solicitudes de asilo en todo el país, y de ellas, más de 50 mil eran de hondureños.
El flujo de personas buscando asilo en México sigue siendo significativo. Foto: Diario del Sur.
La ruta incierta hacia la integración en México
Aunque México ofrece opciones de integración, el camino no es sencillo. Por ley, el gobierno tiene un plazo de 45 días hábiles para responder a las solicitudes de asilo, pero el proceso puede extenderse hasta seis meses o más.
“Existen oportunidades laborales en el centro y norte de México, donde hay necesidades no cubiertas”, detalla René.
ACNUR trabaja en informar a los solicitantes sobre estas posibilidades, pero la decisión final de permanecer en el país o continuar hacia Estados Unidos depende de cada persona.
Un camino plagado de obstáculos
Para muchos hondureños, Tapachula representa sólo una parada en su trayecto hacia el norte. Las políticas migratorias endurecidas en Estados Unidos y la militarización de las fronteras mexicanas dificultan el sueño de llegar al país vecino.
Sin embargo, otros encuentran en México una oportunidad para empezar de nuevo. “Hay personas que deciden quedarse y construir una vida aquí. México tiene la capacidad de acoger y brindar oportunidades, pero es una decisión personal”, recalca el funcionario.
La esperanza en medio de la incertidumbre
A pesar de los desafíos, la esperanza prevalece entre los solicitantes de asilo. Historias de resiliencia y superación emergen de cada esquina de Tapachula, donde comunidades enteras de hondureños han formado redes de apoyo y solidaridad.
El éxodo hondureño hacia México refleja la necesidad urgente de abordar las causas estructurales de la migración.
Mientras tanto, México sigue siendo una opción para quienes buscan seguridad y estabilidad, ofreciendo una luz de esperanza en medio de la incertidumbre.