
“En Honduras quien no está desprestigiado, no tiene prestigio”. German Reyes. Periodista.
¡De donde menos se espera salta la liebre! La izquierda está con “roncha” por el Nobel de Paz otorgado merecidamente a María Corina Machado, mismo que será entregado en Oslo, Noruega.
La presidenta mexicana no quiere comentar, la co presidenta de Nicaragua, canonizó al “Che”Guevara y Petro felicitó sarcásticamente a una Nobel fallecida. Según Manuel Zelaya R. es una “afrenta” a la historia. Cuarteto de mezquinos.
¿Sabrá Mel que las preseas fueron instituidas desde 1901 por el sueco Alfredo Nobel, quien inventó la dinamita.
Física, Química, Literatura, los decide la Real Academia Sueca de Ciencias, Medicina (Instituto Karolinska). Paz el Comité Nobel del Parlamento Noruego. Lo recibió Roosvelt (Teodoro), Kisinger y Obama (2009) entre más de cien personalidades mundiales. Trump lo quiere, pero congratuló a la ganadora.
¿Qué pasa en Honduras?
Estamos enfrascados en situaciones novelescas de política, fútbol y religión, las pasiones del hondureño. Lo de la Premio Nobel se vuelve polémico, por sus “compinches” venezolanos.
Mientras tanto…
Un diputado y pastor del Partido Liberal renuncia para darle paso a un hábil negociador, consentido, dicen sus críticos, de los grupos de poder.
El mandadero del Legislativo, vestido de “Brutus” quiere “jetear” al Tribunal Nacional Electoral para que frene a Jorge Cálix. Alega ilegalidad. El burro hablando de orejas.
En el Partido Nacional hay “desbandada”. Si el candidato no cede a solicitudes, le echarán la culpa si pierde. Su estigma es que sucumbió ante el “olor” de la “Chumpa juca”.
Los de Libertad y Refundación dicen estar unidos a su coordinador general. Y que ganarán con fraude o sin él.
Lo más seguro es que al “constructor del caos” lo nominarán para el Nobel de Química, porque Honduras está hecha m…
Es el momento de abrir los ojos. La estupidez colectiva nos ha llevado a las guerras. No hay nada más peligroso que un estúpido con poder.
La moneda está en el aire. No a la “garduña” como decíamos en mi escuela, que por cierto era de la United Fruit Company.
¡Dios mío líbranos de Mel!
¡Amén!