Mario Morazán acusa a Mario Urrutia de amenazas y presiones políticas tras conversación entre ambos

Un nuevo escándalo sacude al Tribunal de Justicia Electoral (TJE) de Honduras tras la divulgación de un audio en el que el magistrado Mario Morazán acusa a su colega, Mario Urrutia, de haberlo amenazado y presionado para cambiar su postura en decisiones internas del tribunal. El material, difundido por el propio Morazán, ha generado un intenso debate sobre el verdadero tono y propósito de la conversación.
En la grabación, Urrutia le pide a Morazán “cambiar de postura” respecto a temas sensibles dentro del TJE, señalando que sus decisiones podrían acarrearle consecuencias políticas y profesionales. “No te quiero hacer daño, Mario, pero estás en una posición jodida vos y yo”, se le escucha decir a Urrutia, quien también menciona poseer un video en el que —según él— Morazán reconoce haber recibido presiones del coordinador del partido Libre, Manuel Zelaya.
Aunque Morazán asegura que fue víctima de “viles amenazas y coacciones”, el contenido del audio, según diversos analistas, parece tener un tono más cercano a una advertencia política que a una intimidación directa. En varios pasajes, Urrutia insiste en que no busca perjudicar a su colega y que su intención es advertirle sobre las repercusiones de sus decisiones dentro del tribunal. “No tengo corazón podrido ni mente maquiavélica”, afirma en un momento de la conversación.
La controversia escaló cuando Morazán publicó un comunicado en redes sociales denunciando que ha sido objeto de presiones para “participar, validar o habilitar actuaciones ilegales” relacionadas con inscripciones de candidaturas en los departamentos de Olancho y Valle. “He sido víctima de viles amenazas y coacciones”, sostuvo, asegurando que grabó el diálogo “en aras de la transparencia”.
De acuerdo con Morazán, existe un plan para “violar la ley mediante la violencia y la destrucción de su imagen”, por lo que responsabilizó directamente al presidente del TJE, Mario Flores Urrutia, de cualquier represalia en su contra.
Mientras tanto, fuentes internas del tribunal afirman que el conflicto refleja una profunda división dentro del órgano electoral a pocas semanas de las elecciones generales, lo que podría poner en entredicho la confianza pública en las decisiones del TJE.


