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‘El Rojo’ recupera su libertad y regresará a Guatemala tras cumplir condena

Víctor Díaz Morales, alias “El Rojo”, dejó de ser un prisionero del sistema federal de los Estados Unidos. Una orden del juez Kevin Castel, del Tribunal del Distrito Sur de Nueva York, estaría por autorizar que el Servicio de Alguaciles (U.S. Marshals Service) lo traslade desde el Centro de Detención del Condado de Hudson, en Nueva Jersey, hacia el Aeropuerto Internacional de Newark (EWR), donde abordará un vuelo directo con destino a Guatemala.

Con este documento judicial, Díaz Morales, uno de los testigos más explosivos en el juicio del expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández, recupera su libertad tras años de cooperación con las autoridades estadounidenses.

El Rojo reveló la estructura del narco hondureño

Durante los juicios de alto perfil en Nueva York, El Rojo se convirtió en una de las voces más contundentes para revelar cómo operaron los carteles hondureños aliados con el Cártel de Sinaloa.

Ante el jurado, describió cómo entregó dinero a políticos, policías y militares hondureños para proteger cargamentos de cocaína con destino a Estados Unidos.

Sus declaraciones formaron parte de las pruebas que sustentaron la condena contra Juan Orlando Hernández, quien enfrenta una sentencia por narcotráfico en ese mismo tribunal.

Colaborador y prisionero ejemplar

Díaz Morales, detenido desde 2017, por conspirar para traficar cocaína hacia Estados Unidos, fue extraditado en el 2018 desde Guatemala.

Sin embargo, su colaboración temprana con la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York (SDNY) le valió una reducción significativa de pena.

Fuentes judiciales confirmaron que durante su encarcelamiento mantuvo buena conducta y participó en programas de reinserción.

El retorno y las incógnitas que deja El Rojo

El documento judicial fechado el 30 de octubre de 2025 autoriza su traslado bajo custodia del Servicio de Alguaciles.

Al llegar a Guatemala, El Rojo será recibido por autoridades locales que analizarán si tiene procesos pendientes o si iniciará una nueva vida con bajo perfil.

Lo que sí queda claro es que su salida simboliza el fin de una era marcada por el poder, el miedo y las revelaciones que sacudieron a la élite política hondureña.

El nombre de Víctor Díaz Morales se convirtió en sinónimo de traición y sobrevivencia dentro del mundo criminal.

Fue él quien, desde el estrado, mencionó a capos y expresidentes, relatando cómo Honduras se convirtió en un corredor vital del narcotráfico.

Hoy, al salir en libertad, su destino vuelve a ser incierto. Pero su paso por los tribunales de Nueva York dejó una huella imborrable en la memoria judicial de Centroamérica.

Su regreso a Guatemala representa no solo el final de su condena, sino también el epílogo de uno de los testimonios más reveladores sobre la narcopolítica hondureña.

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