HONDURAS

Otra vez Mel Zelaya, como en 2009, promueve un golpe de Estado. LIBRE pretende anular las elecciones, en complicidad con Salvador Nasralla, utilizando para ello a su consejal Marlon Ochoa

Mel Zelaya y LIBRE, junto a Nasralla y Marlon Ochoa, buscan anular las elecciones y generar caos institucional, mientras el Partido Liberal advierte sobre pactos secretos y llama a defender la voluntad popular.

Tegucigalpa, Honduras – La democracia está siendo asaltada a plena luz del día.
Una vez más, el partido LIBRE muestra su rostro de ambición pura, buscando la perpetuidad en el poder a pesar de haber sido claramente derrotado en las urnas. La estrategia es clara: si no ganan en las urnas, ganarán a través del caos institucional, ilegal y sin fundamento jurídico dispuesto a enraizarse bajos los interés políticos más mezquinos de la historia política hondureña.

La nueva fase de esta embestida se centra en el Consejo Nacional Electoral (CNE). Hoy debía iniciarse el escrutinio especial de más de dos mil actas con inconsistencias, el proceso legítimo y necesario para dar certeza a los resultados. Sin embargo, el consejero Marlon Ochoa ha declarado que deben ir a un escrutinio total, voto por voto, una demanda que abiertamente no corresponde al debido proceso electoral establecido. Esta maniobra dilatoria y extralegal, impulsada por presiones, tiene un objetivo único: sembrar caos y paralizar la declaratoria oficial.

En este momento, el Pleno del CNE se encuentra en desarrollo, sumido en un caos generado por las presiones de Ochoa. No es casualidad: este consejero ha sido una figura divisoria desde el inicio, utilizando su posición para inyectar desconfianza en cada fase del proceso. La ciudadanía debe entender que esta pugna no se trata de garantizar la pulcritud de los votos, sino de ganar tiempo. El verdadero juego no se está dando en las mesas de conteo, sino en las sombras del poder político que busca un camino alterno a la derrota electoral.

El fin de LIBRE siempre fue el mismo, desde el momento en que se sintieron perdedores: desconocer las elecciones y deslegitimar los resultados. ¿Cuál es su vía de escape? Entregar la decisión de la Presidencia de Honduras al Congreso Nacional, bajo la dirección del ilegalmente electo Luis Redondo. Este escenario no haría más que fulminar la poca institucionalidad que queda en el país, hundiendo a Honduras en un ambiente de ingobernabilidad y profunda crisis constitucional que pocos podrán revertir.

A esta insólita y antidemocrática hoja de ruta se suman las recientes peticiones emanadas desde la asamblea del partido LIBRE en Siguatepeque, donde anunciaron públicamente que no participarán en la declaratoria oficial de las elecciones, una postura sin fundamento legal. Para el presidente del Colegio de Abogados, esta postura no es un error político, sino abiertamente un Golpe de Estado en su modalidad técnica, un asalto a la República mediante la manipulación de los órganos electorales.

 

Expulsiones en el Partido Liberal
Detrás de este dramático ataque a la democracia, los hilos de la ambición personal se hacen evidentes. El presidente del Partido Liberal ha revelado la oscura verdad: la totalidad de esta crisis y el caos planificado están ligados a acuerdos inconfesables entre Salvador Nasralla y Mel Zelaya. Estos pactos, cocinados a espaldas del pueblo, se centran en el reparto de cuotas de poder y puestos en la próxima administración, utilizando el futuro de Honduras como moneda de cambio para satisfacer sus apetitos personales y perpetuar la influencia de ciertos círculos políticos.

Roberto Contreras anunció que las acciones llegarán hasta las últimas instancias amenazando a todos los que estén realizando negociaciones con LIBRE de ser expulsados del partido Liberal por considerarlos traidores a las políticas de la institución rojo, blanco, rojo.

“Nadie está autorizado a sentarse a negociar con Libertad y Refundación, ni alcaldes ni diputados”, porque serán expulsados reiteró Contreras.

La nación está al borde del abismo. No podemos permitir que la ambición de un partido y sus líderes nos roben la soberanía expresada en las urnas. Un llamado enérgico a las Fuerzas Armadas que a último minuto entendieron que debían colocarse del lado correcto de la historia y promovieron elecciones a favor del pueblo, por lo que una vez más deben decir presente y no permitir que un partido de ideologías desfasadas trunque el futuro de Honduras.

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