Papa León XIV exhorta a una Curia más misionera y alerta contra la rigidez y las ideologías
Durante el tradicional discurso de felicitación navideña a la Curia romana, el papa León XVI pidió que el gobierno vaticano sea más misionero y evite caer en la rigidez y en las ideologías, a las que consideró un riesgo para la comunión y la misión de la Iglesia.
Al inicio de su mensaje, el pontífice estadounidense recordó al papa Francisco, destacando que durante su pontificado impulsó a la Iglesia a colocar nuevamente en el centro la misericordia de Dios, fortalecer la evangelización y promover una Iglesia alegre, abierta, acogedora y especialmente cercana a los más pobres.
En ese contexto, León XVI subrayó la necesidad de contar con “una Curia Romana cada vez más misionera”, en la que las instituciones y oficinas no estén orientadas únicamente a la administración ordinaria, sino que respondan a los grandes desafíos eclesiales, pastorales y sociales del mundo actual.
El papa exhortó también a los miembros de la Curia a rechazar “la lógica del egoísmo y el individualismo” y a vivir el amor mutuo y la solidaridad recíproca como base de su servicio.
Asimismo, advirtió que, en ocasiones, detrás de una aparente calma pueden esconderse divisiones internas que llevan a caer en extremos opuestos: imponer una uniformidad que no valora las diferencias o, por el contrario, exacerbar las diversidades y los puntos de vista sin buscar la comunión.
En ese sentido, alertó que tanto en las relaciones personales como en el trabajo cotidiano, y al abordar temas de fe, liturgia o moral, existe el riesgo de convertirse en “víctimas de la rigidez y de la ideología”, con las confrontaciones que estas generan.
El pontífice recordó que, pese a la diversidad, la Iglesia está llamada a vivir la unidad, citando la expresión: “In Illo uno unum”. Añadió que la Curia debe ser un espacio donde se construya la comunión de Cristo y se viva una auténtica Iglesia sinodal, en la que todos colaboren en la misma misión según sus carismas y responsabilidades.
En un mundo marcado por las discordias, la violencia y los conflictos —y donde, según dijo, crecen la agresividad y la ira, muchas veces amplificadas por la política y el entorno digital—, el papa pidió que la Curia sea un ejemplo de diálogo y fraternidad.
“El trabajo de la Curia y de la Iglesia no puede reducirse a cuidar el propio espacio”, afirmó el pontífice, al señalar que los cristianos están llamados a ser discípulos y testigos del Reino de Dios, fermento de fraternidad universal entre pueblos, religiones, lenguas y culturas diversas.
Como gesto navideño, el papa León XVI obsequió a los miembros del gobierno vaticano el libro La práctica de la presencia de Dios, del hermano carmelita Lorenzo. El pontífice confesó que esta obra es clave para comprender su espiritualidad y su forma de vivir la fe.
