Del primero al último: así llega el Año Nuevo alrededor del mundo
Kiribati es el primer país en recibir el 2026, mientras que Samoa Americana lo celebra casi 24 horas después, destacando la diversidad de husos horarios y tradiciones en la bienvenida al nuevo año.
Cada fin de año, el planeta vive una sucesión global de celebraciones de Año Nuevo debido a la existencia de diferentes husos horarios alrededor del mundo.
A medida que el reloj marca medianoche en distintos puntos del globo, países y territorios dan la bienvenida al 1° de enero en una secuencia que puede extenderse hasta casi 24 horas entre el primero y el último en recibir el nuevo año.
El primer lugar habitado en celebrar la llegada del año es Kiribati, concretamente su Isla de Kiritimati o Isla de la Navidad, ubicada en el Pacífico central justo al oeste de la Línea Internacional de Cambio de Fecha.
Su posición en el huso horario UTC+14 le otorga el privilegio de ser el primero en cruzar la medianoche y dar inicio a las celebraciones, cuando la mayor parte del mundo todavía transita las últimas horas del 31 de diciembre.
Junto a Kiribati, otras naciones insulares de Oceanía como Samoa y Tonga, así como Nueva Zelanda y algunas regiones de Australia, también se encuentran entre los primeros territorios del planeta en recibir el Año Nuevo debido a sus husos horarios avanzados.
Estas regiones aprovechan la ocasión para celebrar con espectáculos, tradiciones culturales y fuegos artificiales que destacan la diversidad global de las festividades.
En el extremo opuesto, los últimos territorios en entrar al Año Nuevo son las Islas Howland y Baker, pequeños territorios no habitados de Estados Unidos situados al este de la Línea Internacional de Cambio de Fecha en el huso horario UTC−12. Aunque no cuentan con población residente, constituyen los últimos puntos geográficos en cruzar al 1° de enero en el calendario mundial.
Entre los lugares habitados que celebran por último, destaca Samoa Americana, un territorio estadounidense en el Pacífico que, debido a su posición en un huso horario mucho más retrasado, recibe el Año Nuevo casi 24 horas después de que Kiribati lo haya hecho.
Esta marcada diferencia horaria refleja cómo la distribución de los husos horarios influye en la forma y el momento en que se viven las festividades de fin de año alrededor del mundo.



