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Honduras cumple 50 años de manejo forestal

El 10 de enero de 1974 (decreto ley No. 85 ) empezó una nueva etapa en la vida del país, al
organizarse una de las instituciones a la cual se le asigno la responsabilidad de manejar los
bosques naturales de la nación, la Corporación Hondureña de Desarrollo Forestal
(COHDEFOR), integrada por destacados hondureños en el campo forestal y con una visión de
desarrollo a largo plazo del país impresionante, pero abandonada por las subsiguientes
administraciones; ya han trascurrido 50 años y vale la pena hacer un análisis sobre sus resultados
a la fecha, hay que decir, que en esos 50 años se han formado y profesionalizado un sin numero
de valiosos compatriotas, hombres y mujeres con grandes méritos y con participaciones muy
destacadas, inclusive, en el ámbito internacional por sus aportaciones científicas así como por sus
habilidades técnicas.

Es así, que en estos 50 años de “manejo forestal” en donde se le ha cambiado a la institución el
nombre en 3 oportunidades, a saber, con qué propósito o pensando que, al cambiar el nombre, la
realidad y el destino del país sería diferente como por arte de magia; no lo sabemos, lo que si
estamos seguros es el hecho que el país en lugar de presumir el tener más áreas con mejores
bosques, tenemos, menos áreas boscosas y con una regeneración natural con características
biológicas muy débiles, tema que explicaremos en otro artículo.

Lo que si ha sido constante es el aprovechamiento de los bosques por la industria de la madera,
lamentablemente, la industria en términos generales no se desarrolló como estimaban sus
fundadores en 1974. Iniciando, la gestión con un extraordinario hondureño, cuyos antecedentes
eran en la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) con sede en Roma, Italia. Nos
referimos a el Lic. Ricardo Reyes Cerrato (QDDG), entre otras, personas que conocí aun siendo
un joven estudiante y que me inspiraron a seguir el camino de las ciencias forestales. Ellos referían
que Honduras con el potencial forestal natural podría ser el eje de desarrollo de la nación, como
lo hicieron otras naciones como: Finlandia, Noruega…etc. Sueño que aun creo que se puede lograr
con un Plan de Desarrollo de país.

Retornando a nuestra realidad, Honduras ha perdido en los últimos 40 años más de 2 millones de
hectáreas de bosques, según el Instituto Nacional de Conservación y Desarrollo Forestal, Áreas
Protegidas y Vida Silvestre (ICF), información que solo nos da un indicador cuantitativo en
concepto de madera en rollo, sin embargo, esta cifra lleva implícito la pérdida de la biodiversidad
como tal, además de las capacidades que tiene el bosque en su función de retener el agua y
filtrarla por medio del suelo a otras regiones. La historia, nos lleva a recordar escenarios muy pocos
exitosos en la definición de estrategias que protejan los recursos forestales como tal, en otras
palabras, los datos que son reportados por la Administración Forestal del Estado años tras año se
concentran en la pérdida de áreas de vocación forestal por cambio del uso del suelo por prácticas
destructoras como lo son: la tala ilegal y los incendios forestales principalmente.

El método de combatir los incendios forestales ha quedado demostrado que no ha dado los
resultados esperados, siempre se quema, y a pesar de tener los mismos resultados se sigue
con las mismas prácticas y métodos que a mi criterio son reactivos y no preventivos.
A decir verdad, “la declaratoria que hace la actual administración de cero deforestación para el
año 2029 es una expresión alentadora, pero a su vez un misterio, debido a que no se sabe que es
lo que van hacer o simplemente se queda en una expresión de muy buena intención”, que de no
tener un sustento técnico-científico se quedará como un discurso vacío, demagógico impropio de
una organización eminentemente técnica.

El tema no es cosa de jugar ni mucho menos de reír, ya que hoy más tarde que nunca se ha
demostrado que sin bosques no hay agua, ni para asuntos domésticos y que decir de
aspectos relacionados con la producción y productividad, así como el tema del desarrollo
del turismo nacional. es decir, estamos refiriéndonos al tema de seguridad alimentaria y el
desarrollo del turismo; temas que están relacionados con aspectos de gobernanza y seguridad
nacional, bien dice el refrán, “que el hambre es mala consejera”.

En relación, al tema del como debemos conservar el bosque, me atrevo a dar algunas
recomendaciones: primero hay que decir lo siguiente; sin la participación comunitaria no puede
ni habrá conservación de áreas forestales, las personas deben de participar en la protección
del bosque con medidas preventivas, manejando la biomasa que genera el bosque de
coníferas, mediante el desarrollo de un Plan de manejo de biomasa forestal, esto nos
garantizará no solo proteger el bosque de los incendios sino desarrollar una microeconomía
comunitaria que mejoraría exponencialmente los indicadores de desarrollo humano (IDH), otra
estrategia es el pago de secuestro de carbono en las áreas privadas a cambio de
conservación, hay una gran cantidad de áreas forestales privadas que podrían formar parte de
un conglomerado muy poderoso en materia de conservación que hoy por hoy no cuentan con
ningún incentivo y finalmente, la estrategia para la recuperación de ecosistemas en zonas
agrícolas mediante la incorporación de árboles propios del sitio con diversas finalidades, llámese,
establecer corredores biológicos, mejorar las microcuencas y así como la captura de dióxido de
carbono generado por la sustitución del bosque. Todas estas metodologías se pueden desarrollar
a nivel nacional mediante la contratación del recurso humano técnico existente en Honduras. Decir,
que se tendrá cero deforestaciones para el año 2029 sin mencionar la forma del como lo
realizarán, es como tirar sal a la mar, porque no creo que dicha metodología sea también
un documento declarado como información clasificada como restringida. Lo cierto, es que a
estas alturas del partido no podemos improvisar, ni mentir ya que estamos a las puertas de una
gran hambruna por estar improvisando y mintiendo. Un mal ejemplo de esta proclama es la
amenaza real de destruir quizás el ultimo reducto de bosque prístino en las Islas del Cisne y
la biosfera del Hombre y Rio Plátano, a la cual le eliminaron ya en el año pasado, 15,900 hectáreas
de bosque virgen llevándose la vida silvestre de por medio, más los daños ambientales directos
en las fuentes hídricas y los humedales en la costa del caribe por la sedimentación que se va a
producir. La pérdida de la información científica de estas áreas es invaluable, sin duda, una
administración que será recordada por la improvisación y carente de conocimiento técnicocientífico, en donde lo más fácil fue destruir que restablecer el capital natural de la nación,
generando pobreza y un estado de calamidad ambiental. Declarar que se detendrá la
deforestación de cara al año 2029 si dar explicaciones de como lo realizarán, nos parece una
propuesta que no tiene ni pies y cabeza, además de creer que a los hondureños nos gusta el atol
con el dedo.

Hay que ser más serio, esos cargos deben de desempeñarse con más responsabilidad y esta
institución debe ser fortalecida y no tenerla en su mínima expresión, a propósito, aun no se ha
nombrado los dos vice ministros en un país que tiene la mayor cantidad de profesionales forestales
en Latinoamérica…y de donde han salido los forestales a otras latitudes…me pregunto; ¿Cuáles
serán los requisitos que no han encontrado en este gran universo de profesionales forestales
altamente calificados?, Honduras merece mejor suerte…pero improvisando no iremos a
ningún lado, las futuras generaciones no necesitan un país destruido sino con recursos
naturales en abundancia y no en calamidad.

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