Tegucigalpa – El cardenal de Honduras, Óscar Andrés Rodríguez, cuestionó este domingo que en el mundo se destinen más recursos a las guerras y a la compra de armas que para acabar con el hambre, y clamó por la solidaridad global.
«Cómo resolver el drama del hambre en el mundo, del hambre en Honduras y la escasez de bienes para una vida digna, la solución que Jesús propone no está en el dinero», dijo Rodríguez en una homilía celebrada en la Basílica Menor de Suyapa.
Señaló que «el dinero sobra para comprar armas y para hacer guerras, pero no para aliviar el hambre del mundo, de un plumazo dicen: se les dará miles de millones para bombas, balas, tiros y muerte».
Los niveles de hambre se mantuvieron altos de manera preocupantenen 2023 por tercer año consecutivo, con alrededor de 733 millones de personas subalimentadas de forma crónica en todo el mundo, según un informe divulgado la semana anterior por cinco agencias de Naciones Unidas.
En este sentido, el religioso instó al mundo a «compartir con los necesitados» y lamentó que la juventud «solo cuenta para ver como se embrutece con la droga, con el vicio, con cualquier ideología».
La juventud «es esperanza», subrayó Rodríguez, al destacar la importancia de «la solidaridad humana para resolver problemas que parecen no tener solución».
«Sin solidaridad hay cuestiones que nunca van a tener solución», pues en un mundo donde se «globaliza la economía, hay que globalizar la solidaridad», enfatizó.
El cardenal hondureño se refirió a la «falta de dinero y la escasez de alimentos para saciar el hambre» en el mundo, donde, dijo, «se desperdician» muchos alimentos por falta de medios para conservarlos.
«Solo en los restaurantes de la ciudad de Nueva York se botan 30 toneladas de comida diarias, qué escándalo, cuando una tercera parte de la humanidad padece hambre, en las sociedades opulentas desperdician la comida», reprochó.
Agregó que «mucha comida sobrante va a parar a contenedores de basura», y señaló que en el mundo «falta el querer compartir» con los más necesitados.
«Hoy también hay mucha hambre en nuestra Honduras, mucha hambre en nuestro mundo, hambre de pan, pero también hambre de cultura, hambre de comprensión, hambre de amor, hambre de ternura, hambre de Dios», sostuvo.
Rodríguez aseguró que el mundo está «hambriento de Dios, nuestra Honduras está hambrienta de Dios y quiere saciarse con desperdicios, con basura, con el odio, el enfrentamiento».
Hay un «solo señor, una sola fe, un solo Dios y Padre, y no una Honduras dividida, confrontada, llena de odio y rencor», añadió.
«¿Quién va a satisfacer tantas hambres de nuestro mundo? Tenemos necesidad de que alguien alimente nuestro corazón vacío de sentido, Jesús es el alimento de nuestros corazones y nuestras vidas», apostilló el cardenal hondureño.
