Apreciado lector, sobre la cadena nacional realizada, presento ante Ustedes lo que llamo los eslabones de la cadena de mentiras y persecución del partido de gobierno “libre”:
La mentira de libre: El asunto con el actual Gobierno de Honduras es que sínicamente se ofertaron como una propuesta política diferente, sensible, maternal, humana, empática y el “pobre pueblo pobre”, ingenuamente les creyó y votaron por un cambio estructural, que a las mayorías nunca llegó. Ahora resulta que el narcotráfico y la corrupción están enquistados en el poder público y continúa socavando los derechos humanos de la ciudadanía.
Memoria selectiva: La hondureñidad expectante frente a una cadena nacional efectuada el tres de septiembre del corriente año, esperaba que la mandataria brindara un mensaje integral, plural, consciente, autocrítico e inclusivo en el que se refiriese a los trapitos sucios recién sacados a luz del actual gobierno, sin embargo, no fue así, resultó ser una cátedra de acusaciones selectivas claramente dirigidas a miembros de la oposición política en Honduras, cuya oficiosidad trazó dando línea de actuación al Ministerio Público, el cual por su naturaleza de creación en la ley “debe ser independiente” y sin injerencias de todo poder público, haciendo gala de la ya denunciada concentración de poder.
La evidencia mostrada y no mencionada: El actual gobierno ha quedado evidenciado frente al mundo cuando la mandataria actual denuncia el tratado de extradición con Estados Unidos de América, al parecer con una clara intención de proteger a miembros de su familia, debido a los videos publicados recientemente, en los que se ve a su cuñado negociando con el crimen organizado una clara repartición de dinero en favor de otro miembro de su familia; hecho real, verdadero y constitutivo de prueba del cual no hizo referencia alguna, en ningún momento de su comparecencia.
Los churros noticiosos: solo así se puede calificar el listado de casos referidos, que se mencionan hace mucho tiempo en las Cortes de New York y que todos los hondureños conocemos por las sendas publicaciones mediáticas nacionales e internacionales, como dirían en el pueblo son “cuetes quemados”. En ningún momento se refirió a la reciente evidencia publicada; al no mencionar así sea someramente lo ocurrido, demostró sesgo y modeló un poder público atemorizante y con intenciones de persecución política a todo aquel que pertenezca a la oposición democrática en Honduras. Negándose torpemente la oportunidad de haber elevado la comparecencia a un nivel objetivo y apegado al Estado de derecho.
Gobierno de transacción: cuando por sus decires en cadena ofenden la inteligencia de un pueblo que no olvida las razones por las cuales los eligió y que ninguna de ellas por cierto ha sido cumplida, sino más bien todo lo contario, argumentan ser un gobierno de transición, la pregunta es ¿será transición o transacción?, ¿será refundación o refundición de Honduras?, creo que todos sabemos la respuesta. Utilizan gente que llenos de ambición de poder se prestan para todo tipo de cargo o candidaturas presidenciales, sin considerar que el pueblo está observando cómo se apañan entre ellos, en el montaje de una farsa preelectoral que esconde intereses oscuros de una casta política dañina que se debe solamente a sus compromisos con Venezuela y no con el pueblo hondureño.
Finalmente el último eslabón se caracteriza por el detrimento de los derechos humanos: ya que lo ocurrido destruye cualquier posibilidad de garantía sobre los siguientes derechos humanos de la ciudadanía hondureña: la vida, la seguridad ciudadana, la salud, la educación, acceso en igualdad ante la justicia hondureña e internacional, el empleo y por ende el desarrollo sostenible, de una población golpeada severamente por la irresponsabilidad y negligencia política en la gobernanza. ¿Y cómo es que la corrupción y el narcotráfico incrustado en el gobierno afecta los derechos humanos referidos anteriormente?, cuando hay corrupción y narcotráfico se propician las mejores condiciones para que el crimen organizado opere y prospere, generándose una francachela delictiva revestida de impunidad y la negación de derechos básicos, por ejemplo: femicidios, asesinatos, sicariatos, desplazados por violencia, migración irregular, desintegración familiar, irrespeto a la ley y violación de derechos económicos, sociales y culturales, entre otros.