Ya sabemos que de los políticos hondureños no podemos esperar nada bueno. En este caso las mandracadas en el Consejo Nacional Electoral no se han hecho esperar. Y es que el problema radica en quién controlará el organismo durante las elecciones.
Como para todo hacen misas negras, están convocando un supuesto pacto que realizaron en marzo pasado donde definieron quiénes integrarían varios organismos. Según Mel, el presidente en funciones, “lograron un acuerdo histórico, democrático y transparente para la integración del Consejo Nacional Electoral (CNE), el Registro Nacional de las Personas (RNP), el Tribunal de Justicia Electoral (TJE), la Unidad de Política Limpia, Directiva del Congreso Nacional y el Ministerio Público (MP)”.
Lo raro es que los oficialistas satanizaban este tipo de acuerdos cuando estaban en la oposición y ahora están reclamando que se cumpla porque ellos tienen derecho a imponer a su miembro en la presidencia del organismo. Lo que sucede es que Libre desea que Marlon Ochoa, el títere incondicional de Mel Zelaya, esté al frente del CNE; sobre todo en el período de las elecciones generales, con el único propósito de efectuar un mega fraude electoral que nombre ganadora a la impopular candidata oficialista, Ramona Moncada.
Y es que esta es la única opción que el Partido Libre tiene para continuar en el poder, ya que el voto de castigo que se avizora será contundente. El desastre de su administración gubernamental que ha resultado en más pobreza y miseria para el pueblo, ha sido terrible. Sin mencionar sus supuestos ligues con el narcotráfico y el crimen organizado. Sus promesas de campaña, en su mayoría han sido incumplidas, un ejemplo de ello es que no han querido que se instale la CICH en el país, obviamente por los innumerables actos de corrupción que supuestamente han cometido.
En esta negociación oscura en el CNE han participado dirigentes del Partido Liberal, que finalmente están defendiendo intereses oficialistas. De ser así, Ana Paola Hall, siguiendo instrucciones partidarias precisas, apoyará al candidato oficialista para que dirija el CNE en el momento de las elecciones generales.
Es lamentable que estos políticos en ningún momento piensan o actúan tomando en cuenta los altos intereses de la patria que favorecen a las grandes mayorías. Solamente actúan a favor de los intereses partidarios y personales que los enriquecen de forma delictiva; el bienestar de los pobres no les interesa para nada.
El pueblo hondureño espera que las elecciones, tanto primarias como generales, se desarrollen con la mayor transparencia posible y se respete la voluntad popular expresada en las urnas.
Se debe defender nuestro sistema democrático.
¡No al fraude electoral!