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Política e intereses del narco gobierno hondureño

Por: Marcio Enrique Sierra Mejía

El Partido Libre, impone sus propios intereses políticos en los asuntos públicos, sin considerar, el interés de la mayoría ciudadana que no es socialista. En consecuencia, no esperemos que los ideólogos de este partido guíen sus pretensiones políticas, aplicando acciones gubernativas en función de las más apropiadas necesidades humanas que requerimos satisfacer en Honduras.

Actualmente, para los narcos socialistas hondureños, lo que más importa a sus intereses políticos, es consolidar beneficios personales, tomando en cuenta el calculo de los costos que enfrenta el partido para continuar en el poder de Estado. En vez de perfeccionar los valores fundamentales sobre los cuales podemos basar nuestro sistema republicano y nuestra democracia representativa, se han concentrado en satisfacer intereses políticos que favorecen a poderes internacionales de Estados Socialistas opuestos a los Estados Unidos.

Enfrentamos una gobernanza guiada por intereses políticos personales desinteresados completamente en fortalecer la división de poderes, la independencia de los órganos de control, la capacidad técnica de los servidores públicos y garantizar el buen uso de los recursos públicos. Están tan concentrados en tener el control absoluto de los tres poderes que, debido a esa irracional ambición, utilizan inapropiadamente el Ministerio Publico, la Contraloría General, el tribunal de cuentas y otros órganos fundamentales del gobierno, los que han perdido la independencia funcional y la capacidad técnica para garantizar, el buen desempeño gubernativo.

Los narcos socialistas equivocaron el rumbo ideológico del socialismo democrático y han instaurado, un Estado narco corrupto basado en un andamiaje familiar que promueve el Estado botín, utilizando a allegados que han sido colocados en posiciones administrativas para controlar con la autoridad política, las operaciones que ejecuta el Estado. Son tan mañosos como los que también operaron en regímenes nacionalistas.

En otras palabras, hoy día tenemos un gobierno que se guía en base a intereses que no buscan el bien común de la sociedad, sino que operan en función de sus propios intereses personales que no son democráticos, más bien contrarios al bienestar o el buen estado del público en general.

Las políticas públicas socialistas en Honduras demuestran una realidad gubernativa ineficiente e incompetente. En vez de fomentar y desarrollar lo que pregonaron en la campaña proselitista para ganar las elecciones, lo que estamos observando, es una gobernanza antidemocrática con un enfoque de socialismo opresor y reaccionario.  Las líneas de acción política que ejecutan son para fortalecer la dictadura y el poder absoluto del Partido Libre.

Los derechos humanos son violados continuamente. La corrupción se ha intensificado y la lucha para contrarrestarlo, es selectiva y dirigida a funcionarios del régimen nacionalista pasado, mientras que hacen caso omiso, cuando se trata de los funcionarios de alto nivel del gobierno y del Partido Libre que lo practican.

El sistema de salud va de mal en peor y, por más que anuncian proyectos para mejorarlo, la verdad es que su estado funcional, es pésimo y se encuentra estancado con respecto a su desarrollo institucional. La educación se ha estancado y tiende a empeorarse. La seguridad ciudadana no es efectiva, pero si la campana publicitaria que hacen para demostrar que están aplicando una estrategia de seguridad con resultados que favorecen un clima de seguridad positivo, lo cual objetivamente, es cuestionable. La migración aumenta en extremos galopantes y, finalmente, quieren imponer una política de genero controversial que la ciudadanía en general, la rechaza.

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