En una reciente entrevista, Marvin Ponce, exasesor presidencial, destapó revelaciones sorprendentes sobre la relación entre Juan Orlando Hernández y Daniel Ortega.
Según Ponce, el presidente nicaragüense ofreció asilo al exmandatario hondureño como una forma de evitar su captura antes de su extradición a Estados Unidos por cargos de narcotráfico.
Ponce explicó que Ortega recomendó a Hernández trasladarse a Nicaragua tras dejar el poder en enero de 2022.
“Le mandaron información de que se fuera para Nicaragua, el comandante Ortega le dijo: ‘Entrégate el poder y cuando hayas perdido las elecciones, venite, porque los gringos no te creen, te van a tratar de cualquier forma, te van a llevar aunque seas inocente’”, relató Ponce en el podcast Punto Joven.
A pesar de esta oferta tentadora, que incluía una hacienda y una casa en una zona conocida como «El Crucero», así como la posibilidad de obtener la nacionalidad nicaragüense y protección política, Hernández desestimó la propuesta.
Ponce citó las palabras del exmandatario: “No puedo, soy inocente, y me vas a meter a la justicia norteamericana”, describiéndolo como un «hombre estoico y fuerte», convencido de su inocencia.
Marvin Ponce también mencionó que aconsejó a Hernández sobre cómo manejar la situación, sugiriendo que buscara apoyo de amigos y aliados.
Sin embargo, el exmandatario decidió enfrentar las acusaciones en Estados Unidos, confiando en que no había cometido delito alguno. “Juan Orlando no creyó que Estados Unidos podría llevarlo a juicio debido a que el delito de conspiración no se contempla de la misma manera en la legislación hondureña”, subrayó Ponce.
Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras entre 2014 y 2022, fue extraditado a Estados Unidos en el 2022.
El 8 de marzo de 2024, un jurado lo declaró culpable por cargos de narcotráfico. El Departamento de Justicia de EE. UU. lo acusó de utilizar su cargo público para respaldar organizaciones de narcotráfico, y el 26 de junio, Hernández fue condenado a 45 años de prisión y cinco años de libertad condicionada, aunque su defensa ha apelado la condena.
La decisión de Juan Orlando Hernández de rechazar la oferta de refugio de Daniel Ortega plantea un interesante dilema sobre lo que podría haber sido su futuro.
Si Hernández hubiera aceptado el asilo en Nicaragua, podría haber evitado el proceso judicial en Estados Unidos y los cargos de narcotráfico que lo condenaron a 45 años de prisión. Sin embargo, esta elección también habría implicado vivir bajo la sombra de la incertidumbre y el exilio
