El odio y resentimiento que divide una nación entre los que proveen capital y los que proveen talento humano; es parte fundamental de la estrategia política de los partidos socialistas. La “lucha de clases” es el instrumento que se inserta como germen, virus o bacteria en el imaginario popular para lograr que la mayoría numérica se imponga como aplanadora sobre un orden democrático, para favorecer al dictadorzuelo y su familia.
No hay dictadura sin militares; pues sin armas y el poder de intimidar no puede existir un orden impuesto a la fuerza. El General Roosevelt, ha mostrado de que está hecho al poner un arma sobre la constitución; triste espectáculo digno de países empobrecidos por dictadorzuelos como Nicaragua, Cuba y Venezuela. La pregunta es si existen militares que le expliquen que este acto pone en duda su seriedad y respeto a la constitución ante el próximo proceso electoral, además de comprometer la credibilidad de toda la institución militar que todavía permanece en silencio.
En el 2016 Honduras estaba el lugar 88 en el ranking mundial de competitividad, hoy estamos por debajo del lugar 100 mostrando que cada vez somos menos atractivos a la inversión nacional o extranjera. Mientras los demás países de mundo celebran vencer la inflación bajando su taza de intereses de referencia, nosotros la subimos para frenar la demanda de divisas, esperando que de un milagro China compre nuestra deuda como lo hace con Estados Unidos. (hay que conocer muy poco de economía para comparar el lempira contra el dólar como monedas de valor de reserva internacional)
El Congreso Nacional de Honduras, resultó el peor evaluado en transparencia y presupuesto, según el Índice Latinoamericano de Transparencia Legislativa (ILTL) 2023, después de medir los parlamentos de 14 países en América Latina. Además, Honduras tiene la vergüenza de tener ciudades entre las más peligrosas del mundo y se ha destacado por abrazar el narco tráfico (JOH) y abrazar narcos traficantes perseguidos y con precio en su cabeza (Maduro y el actual gobierno) Encima de que, de nuevo nos han rechazado de los beneficios de la cuenta del milenio por corruptos.
Cuando un candidato dice “el pueblo soy yo” y “nuestro modelo a seguir es Cuba”, ya apuntamos a ser parte de la cloaca mundial donde ni nuestros vecinos, ni nuestros aliados tradicionales ni los que se les oponen (BRICS) nos van a volver a tomar en cuenta. Hay que recordar que China y Brasil ya ignoraron a los dictadores de Nicaragua y Venezuela que andaban rogando su inclusión al BRICS para acceder a fondos para salvar sus destrozadas economías.
Basta visitar El Salvador para ver que estamos 20 años atrás en desarrollo, y ni digamos Guatemala o Costa Rica, que nos llevan por lo menos 30 años: a pesar de que en 1980 estábamos comparativamente en estados similares de desarrollo. Sentir orgullo por lo que hemos logrado en más de 40 años de “democracia” como nación es de ilusos. Y nuestra clase política es la mayor culpable por no administrar sabiamente la nación que se les ha encomendado. Obvio, como pueblo podemos asumir la posición de víctimas o de cómplices; cada uno que elija.
Lo peor de todo es que para tener “justica” hay un clamor popular de llamar una institución internacional como la CICIH. Muestra de otro monumental fracaso de nuestra clase política. Pues el consenso general es que nuestras instituciones a cargo de impartir justicia no funcionan ya que están al servicio de esta apestosa clase política.
El consuelo que tenemos es la extradición; pues sin importar quienes sean o lo que hagan los gobernantes de turno, al que le toca le toca. Si no se van hoy, se irán mañana y antes de arder en el infierno eterno; pasarán sus últimos años en las ergástulas de Nueva York.