Las imágenes de una cámara de seguridad muestran a Rosales Hernández llegando al puesto de la víctima visiblemente alterada.
Tras un intercambio de palabras inaudibles, la hondureña pasó a la agresión física: tomó a la mujer del cuello, la arrastró, tiró al suelo, jaló su cabello y la golpeó durante más de 30 segundos.
Lo que llama la atención es que, pese a la presencia de otras personas en el lugar, nadie intervino para detener el ataque.
Después de cometer la agresión, Rosales Hernández abandonó el sitio sin mayores obstáculos.
La vendedora, decidida a tomar acción, recurrió al video de las cámaras de seguridad y presentó una denuncia ante la Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador.
Consecuencias legales para la agresora
Según las leyes salvadoreñas, las penas por lesiones varían en función de la gravedad del daño:
Lesiones leves: Multa de 1 a 3 meses de salario.
Lesiones graves: Pena de prisión de 3 a 6 años, si las heridas causan incapacidad para realizar actividades diarias o generan una enfermedad con duración superior a 20 días.
El futuro legal de Rosales Hernández está por definirse, pero su caso subraya la importancia de sancionar este tipo de actos violentos en el país.