En medio de un creciente debate sobre la seguridad y el sistema penitenciario en Honduras, la posibilidad de construir una cárcel de máxima seguridad en Gracias a Dios ha generado preocupación y rechazo en varias comunidades locales.
Aunque el Gobierno ha planteado este proyecto como parte de un esfuerzo por enfrentar el crimen organizado, aún existen diversas incertidumbres sobre su realización.
No obstante, la secretaria de Seguridad de Honduras, Rixi Moncada, y el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Roosevelt Hernández, inspeccionaron este martes un terreno en Mocorón.
El proyecto, ubicado en una región fronteriza con Nicaragua, es parte de un esfuerzo conjunto entre las Fuerzas Armadas y la Secretaría de Defensa.
Según un comunicado oficial difundido en la red social X, la primera fase de construcción comenzará en los próximos días.
Desde el siglo pasado, en Mocorón opera un batallón de infantería de las Fuerzas Armadas, pero ahora el lugar será transformado para albergar esta nueva infraestructura carcelaria.
El objetivo, según las autoridades, es reforzar la lucha contra el crimen organizado ofreciendo un entorno seguro y aislado para los reclusos más peligrosos.
Proyectos carcelarios bajo la administración de Xiomara Castro
El plan en Mocorón se suma a otras iniciativas anunciadas por el Gobierno de la presidenta Xiomara Castro.
En 2023, se planteó la construcción de una cárcel de máxima seguridad en las Islas del Cisne y otra entre los departamentos de Olancho y Gracias a Dios, con capacidad para albergar a 20,000 reclusos.
Sin embargo, el proyecto en las Islas del Cisne ha enfrentado obstáculos. La licitación ha sido declarada nula en tres ocasiones debido a que las empresas participantes no cumplieron los requisitos bancarios.
Aunque no ha sido confirmado oficialmente, se presume que esta propuesta ha sido descartada.
Rechazo de la comunidad misquita
El anuncio de la construcción de la cárcel en Mocorón ha generado rechazo entre las comunidades locales.
Mirna Wood, una dirigente misquita, expresó su oposición rotunda al proyecto, advirtiendo que la población de La Mosquitia no permitirá que se lleve a cabo.
“La Mosquitia no permitirá la construcción de una cárcel de máxima seguridad en Mocorón”, declaró Wood, señalando que esta región es el hogar de los tawahkas, pech, misquitos y otros grupos étnicos que han convivido en paz durante generaciones.
La comunidad local exige que las autoridades reconsideren la iniciativa, argumentando que la construcción de la cárcel podría alterar la vida de estas comunidades y afectar la tranquilidad de la región