
El discurso del canciller de Honduras en la ONU fue una afrenta al pueblo hondureño. No solo fue un mensaje pobre, incoherente, sin sustancia y plagado de mentiras, sino que además apoyó abiertamente a regímenes fallidos, genocidas y narco-terroristas, que son repudiados por el mundo democrático y civilizado.
Este mensaje no fue un acto de diplomacia, fue una vergüenza internacional que deja más claro que nunca, que el gobierno de Xiomara Castro, manipulado por Mel Zelaya y su círculo corrupto, NO representa al pueblo hondureño.
A consecuencia de este rumbo ideológico y peligroso, las relaciones con Estados Unidos están gravemente fracturadas. No por culpa del pueblo, sino por las decisiones erráticas, irresponsables y desvergonzadas de funcionarios que cada día aíslan más a Honduras del mundo democrático.
Estados Unidos y el mundo saben que Honduras es un pueblo noble, trabajador y digno. Este gobierno NO nos representa. Rechazamos su ideología autoritaria, sus vínculos con el narco-terroristas y el crimen organizado, y su constante traición a los intereses del país.
Hoy más que nunca, hacemos un llamado a cada hondureño, especialmente a la juventud y a los nuevos votantes:
Ya sabemos quién es el enemigo de Honduras. Ya sabemos por quién NO votar.
Este gobierno ha destruido la esperanza, la seguridad, la salud, la educación y el empleo. Nos ha dejado solos, avergonzados y sin rumbo.
La única salida es una gran Coalición Patriótica, limpia, sin manchas de corrupción, y con un verdadero compromiso por Honduras.
Es hora de pensar con conciencia, con valentía, y con visión de futuro.
Porque Honduras no le pertenece a Mel Zelaya ni a sus escorias.
¡Honduras es de Cristo!
Por: Marcela Caro