OPINIÓN

Alarmante crecimiento de feminicidios en Honduras

Por: Ángela Marieta Sosa

Justo ahora que estamos en el mes de Octubre, dedicado a concientizar sobre la prevención de la violencia doméstica,  es deber imperante referirnos al alarmante crecimiento de femicidios en Honduras, donde la violencia contra las mujeres ha adquirido niveles críticos, especialmente en su forma más extrema: el feminicidio y femicidio —cuando una mujer es asesinada por razón de su género. Este fenómeno no es aislado, sino resultado de factores estructurales no atendidos por el gobierno, como desigualdad, impunidad, cultura patriarcal y presencia del crimen organizado.

Pero es importante definir y conocer la diferencia entre femicidio y feminicidio, antes de avanzar; y es que el femicidio se refiere al asesinato de una mujer por el hecho de ser mujer, generalmente en el ámbito privado, como resultado de violencia doméstica o de pareja. En cambio, el feminicidio es un concepto más amplio que además de incluir el asesinato de mujeres por razones de género, señala la responsabilidad del Estado cuando existe impunidad, falta de prevención o de justicia frente a estos crímenes. En resumen: el femicidio describe el hecho en sí mismo, mientras que el feminicidio incorpora la dimensión social, estructural y estatal que permite o tolera estas violencias.

Consecuentemente, y ya que estamos claros, apuntemos al feminicidio, producto de la negligencia estatal y de sociedad civil; por lo cual mostrar una aproximación a las causas principales, los retos institucionales y posibles caminos para la prevención es uno de mis principales objetivos.

Según el Boletín Infográfico No. 16 del Observatorio Nacional de la Violencia (ONV-UNAH), durante 2023 se registraron un considerable número de muertes violentas de mujeres y feminicidios comparando con años anteriores. y entre 2005 y 2023, los datos oficiales muestran un crecimiento impactante respecto a años más antiguos en el número absoluto de casos y ciertas tasas de mortalidad femenina por violencia externa., en 2019, Honduras registró una tasa de feminicidios de 6,2 homicidios por cada 100 000 mujeres, la más alta de América Latina según algunos estudios.

En el análisis nacional reciente sobre violencia contra mujeres y niñas (ENESVMN, 2022), se estima que el 52,8 % de las mujeres de 15 años o más han experimentado alguna forma de violencia (física, psicológica, sexual, patrimonial/económica) a lo largo de su vida.,  y a propósito sugiero se incluya en siguientes estudios a encuestar, la violencia digital por medio del ciber acoso.

La data existente nos hace inferir que en Honduras el feminicidio tiene particularidades, entre ellas: los perpetradores predominantes no siempre son parejas íntimas, a diferencia de otros países donde la mayoría de los feminicidios los comete la pareja o expareja, en Honduras una buena parte es atribuido al crimen organizado o queda como “sin determinar”. Existe el uso frecuente de armas de fuego, en el promedio de los últimos años, alrededor del 69 % de las muertes violentas de mujeres han sido cometidas con armas de fuego, muchas víctimas están en rangos de edad de 15 a 30 años y son mujeres jóvenes, estudiantes o con empleo precario.

La hondureñidad normaliza la violencia y la invisibilidad institucional, y muchas mujeres no denuncian porque no creen en el sistema de protección o consideran que el hecho “no tenía importancia”, por miedo a represalias o simplemente por no saber a dónde acudir. Las instituciones encargadas de protección, investigación y justicia tienen limitaciones presupuestarias y operativas, lo cual evidencia como causas estructurales: falta de voluntad política, que vuelve como fenómenos permanentes, la impunidad, desigualdad de género, normas patriarcales y presencia del crimen organizado.

El feminicidio en Honduras no es solo un problema estadístico, apreciado lector(a); es la expresión más brutal de la violencia de género ante un Estado negligente gobernado por una mujer. Para revertir esta situación, es esencial que la clase política gobernante se ponga a trabajar de la mano con sociedad civil real y dejen de mentir o lo que es peor, usar el tema como discurso de campaña oficialista y una vez en el poder, hacen de todo menos gobernar con eficiencia y diligencia, por esto mujer hondureña, piensa bien tu decisión de voto y aprende de lo vivido, que “EL HECHO DE QUE SEA UNA CANDIDATA MUJER LA QUE TE PIDA EL VOTO, NO GRANATIZA TUS DERECHOS COMO FÉMINA”.

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