Honduras ha enviado un mensaje claro a los hondureños y al mundo: es la forma de gobierno democrático lo que anhelamos y queremos que se instaure. Los resultados de las elecciones realizadas el 30 de noviembre 2025, evidencian el rechazo al socialismo autoritario tiránico o corrupto que los dirigentes del Partido Libre y sus aliados castromelistas, desde el poder, pretendieron imponer a lo largo de cuatro años de dominación política socialista tirana, obcecada y mentirosa. Promovieron el proyecto de refundación para disfrazar el abuso, la polarización y la manipulación que ejecutaron, a través de perversas y diversas prácticas políticas, a lo largo de cuatro años de mediocre gobernanza. Cayeron en un discurso populista, debilitando las libertades públicas y oscureciendo la normas éticas y morales al eludir la transparencia.
El triunfo de los demócratas, es el resultado de la pésima gestión administrativa que ejecutó el gobierno al querer subyugar los órganos contralores, el uso partidista de la seguridad, el ataque contra la prensa critica, la corrupción protegida por pactos de impunidad y la intimidación a sectores sociales que les señalaban los excesos que cometían. Ante tales sinvergüenzadas, los ciudadanos hondureños, los castigaron de manera silenciosa y les bajaron los egos políticos y la arbitrariedad, votando en contra de la candidata socialista pro cubana Rixi Moncada.
Al día de hoy en Honduras, vemos a una ciudadanía consciente que no va a permitir el secuestro del poder a través de narrativas de miedo implementada por políticos despóticos que creen tener licencia, para gobernar sin rendir cuentas. En Honduras, la ciudadanía reconoció que ningún proyecto político, por muy redentor que se proyecte, podrá situarse por encima de la ley, de la Constitución o del derecho ciudadano a exigir un gobierno honesto. Los demócratas hondureños, queremos que a Honduras se le respete no por tener una tiranía abusiva que infunde miedo, sino porque respeta la institucionalidad, el desarrollo económico en libertad y la transparencia como pilares innegociables.
El pueblo hondureño, no debe permitir de nuevo que se transite por un sendero político autoritario y tirano como el que impone Mel con su cortejo de seguidores marxistas radicales. En lugar de esa realidad, hay que conducirnos hacia un futuro donde impere la justicia, la libertad, la alternancia y la transparencia. Estas deben ser condiciones fundamentales en nuestro devenir político a lo largo del tiempo venidero.
Nuestro desafío ahora es consolidar nuestra energía cívica para evitar las jugadas revanchistas y reconstruir el tejido institucional con sensatez política, conciencia cívica, juicio político, prudencia, experiencia, es decir, con capacidad para entender y participar en la gestión publica con buen juicio y responsabilidad, basándonos en conocimiento y reflexión. Nuestra ciudadanía ha dicho no más tiranía autoritaria, pero si democracia sana y transparente con participación ciudadana. Una democracia donde el poder nace del voto libre, se respeta la ley, funcionan los contrapesos reales, hay prensa libre y el gobierno rinde cuentas y deja el poder cuando pierden.
