INTERNACIONALES

Diez datos para entender el pacto Alemán – Ortega

Breve reseña histórica de cómo Arnoldo Alemán, por un error de estrategia y prudencia política, entregó Nicaragua, en bandeja de plata, a la dictadura de la familia Ortega Murillo

En 1998 mientras en un edificio de Managua se instalaba un “Diálogo Nacional” para resolver los problemas de Nicaragua, en una hacienda de El Crucero se reunía un pequeño grupo de personas para repartirse el país. Es conocido como “El pacto Alemán- Ortega” y así se cocinó.

Para 1998, el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) era el partido más importante de Nicaragua y el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) vivía sus horas más bajas. Sin embargo, desde hace un par de años se venía cocinando una negociación que cambiaría esta correlación de poder. Estos dos partidos, rivales políticos naturales, decidieron repartirse el poder en Nicaragua en uno de los más reprochables pactos que ha protagonizado la clase política del país.

Si por un lado, Daniel Ortega, el líder sandinista, estaba buscando cómo recuperar el poder perdido; por el otro, Arnoldo Alemán, presidente de la República en ese entonces y líder liberal, tenía su mirada puesta en cómo seguir gobernando una vez que entregara la Presidencia en el 2002.

“Su jugada, como si de una partida de ajedrez se tratara, era conseguir ser diputado después de su mandato y así ser nombrado presidente de la Asamblea Nacional, y desde ahí gobernar el país. Daniel Ortega y el equipo que trabajaba con él dieron muestras de sagacidad en el juego del ajedrez político, cedieron “la torre”, la diputación automática que buscaba Alemán, pero fueron por la “reina”, bajar el piso electoral necesario al 35 por ciento”, se explica en el libro El Preso 198: Un perfil de Daniel Ortega.

A la postre Alemán perdió la partida. Terminó preso, rehén, entregando todo para conseguir su libertad y llevó a su partido a la bancarrota política. Ortega, en cambio, consiguió por fin regresar al gobierno, controlar todos los poderes del Estado e instalar, luego, su dictadura.

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