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Descubrieron un océano escondido bajo la superficie de una luna de Saturno: podría tener vida extraterrestre
Un equipo de astrónomos descubrieron en Mimas, una diminuta luna de Saturno, evidencia de un océano líquido oculto bajo su gruesa corteza helada. El hallazgo podría ser un gran indicio de la presencia de vida extraterrestre.
“Si hay algún lugar en el universo donde no esperábamos encontrar condiciones favorables para la vida, ese lugar es Mimas”, explicó Valéry Lainey, autor principal del descubrimiento publicado en la revista científica Nature.
La investigación sugiere que el océano se formó hace entre 5 y 15 millones de años en Mimas, es decir, hace relativamente poco tiempo en comparación con las antiguas lunas oceánicas Encélado y Europa, y convertiría a la diminuta luna en un lugar privilegiado para que los astrónomos estudien los orígenes de la vida en el sistema solar.
“Su superficie llena de cráteres no daba ninguna pista del océano oculto debajo”, dijo en un comunicado Nick Cooper, coautor del estudio, de la Universidad Queen Mary de Londres. “Este descubrimiento añade a Mimas a un exclusivo club de lunas con océanos internos”.
Los científicos llegaron a estas conclusiones luego de estudiar datos de la nave espacial Cassini de la NASA, que observó Saturno y sus lunas durante más de una década antes de quemarse en la atmósfera del planeta en 2017.
Los cambios en la órbita y la rotación de Mimas revelaron la existencia de un océano oculto 18 kilómetros debajo de la corteza helada de la luna. El análisis de las interacciones de su marea con Saturno permitieron al equipo a concluir además la edad relativamente joven del océano.
¿Hay vida en la luna de Saturno?
Aunque los astrónomos son cautelosos y ante este tipo de descubrimientos necesitan más investigaciones para confirmar el hallazgo, la existencia de un océano en Mimas aumentaría las posibilidades de que la luna pueda albergar vida y las condiciones para ser habitable.
¿Qué es Mimas?
Este satélite del planeta de los anillos fue descubierto en 1789 por el astrónomo William Herschel. Con solo 400 kilómetros de diámetro, era apodado “la luna de la muerte” porque parecía frío, inerte y, por lo tanto, inhabitado.
Su superficie llena de cráteres, incluido uno inmenso, le daba un aire similar a la Estrella de la Muerte, la estación del Imperio en la saga de Star Wars